Al final de todo año, Remedios vuelve sobre sí misma, las Parrandas reúnen a la familia que convierte en remedianos a cada uno de los nacidos en el archipiélago; pero también, cada 24 de junio, los nacidos en la octava villa caminan sobre sus pasos, para asistir a la misa del Santo Patrono y el incendio de las cabañas de madera alrededor de la Plaza Central, lo cual marca un año más en los ya 510 de existencia de ese sitio singular y primado.