En su función recreativa tuvo mucho que ver el ingeniero Frank Conrad que fue quien en 1920 lanzó al aire el primer programa musical.

Se puede decir que este fue el nacimiento de lo que hoy llamamos “Discoteca”.

Dos años después, la radio cubana alterna la utilización del disco y los rollos de pianolas, con la programación en vivo de solistas acompañados de piano o guitarra.

En la medida en que los micrófonos y las condiciones acústicas del local donde se transmitía lo permitieron, se programaron dúos, tríos, cuartetos, quintetos, septetos, pequeños conjuntos orquestales.

También salieron al aire grandes orquestas a través de controles remotos al igual que bandas; orquestas típicas y revistas musicales.

Al no existir casas grabadoras de discos, la compañía norteamericana RCA Victor realizó grabaciones en los estudios de CMQ, primero en Monte y Prado, y más tarde en Radio Centro.

En cuanto a los programas cómico-musicales, realizados en estudios con público, por primera vez en Cuba se utilizaron luces de colores. Con esto, los artistas se sentían más en ambiente y el público presente disfrutaba del espectáculo como si se estuviera en un teatro o un cabaret.