La herencia de altruismo se confirma con sus donaciones de valiosos equipos de frío a hospitales cuando apenas posee una motorina.
Comenzó sembrando menos de una hectárea hace cuatro años, allí en la zona de El Negrito, a dos kilómetros de Manicaragua, ya en esta campaña plantó 10, y se propone en la próxima llegar a 15 hectáreas.
Pero trabaja tanto que a veces ni quiere que la noche llegue aunque se levanta antes de las 5 de la mañana, y lleva al niño más pequeño a la escuela y a la esposa al trabajo para conducir posteriormente a su equipo de más de 40 trabajadores que incluye a sus queridos padres Héctor y Fefita, mi querida amiga como toda su familia desde mi niñez cuando nos brindaba su vivienda, más confortable que nuestro humilde bohío, en días de huracanes.
«Tengo un tremendo equipo de trabajo desde hace tres años, los ayudo mucho, somos una familia, usted vio que tengo ahí sacos de frijoles, de arroz, yo les doy a ellos y están el día a día conmigo. Podemos irnos ahora mismo para Manicaragua hasta por la noche y todo funciona igual porque cada cual tiene su responsabilidad en cada área».
En la casa de curación yo pude ver en sus hojas gigantes y olorosas la calidad de su tabaco “2018”, una variedad nueva, resistente a enfermedades.
Alecnay sembró también cuatro hectáreas de la tecnología “Sol ensartado”, pero no esconde su amor al tapado.
«El tabaco tapado requiere de mucha cultura, te enseña a ser disciplinado en el campo y es el que genera la capa que permite torcer los habanos que tanta falta le hacen a nuestra economía».
La de Alecnay Alfonso Díaz es una verdadera finca familiar. «Yo soy un productor que goza del privilegio de tener el apoyo de toda la familia, mi esposa, aunque no trabaje directamente en el tabaco está al tanto de todos los detalles, mi hijo mayor tiene 21 años y se decidió a acompañarme en esta faena, tengo mi mamá que ensarta tabaco junto a varias mujeres y a mi papá que con 72 años me ayuda mucho lo mismo en el campo que en la casa de tabaco, cumple muchas funciones».
«Tengo además un hijo de apenas cinco años que está tan afilado como el grande. Yo debo decirle que todo lo que yo tengo es gracias al tabaco, son noventa días en el campo, después dos meses más en la casa de cura, y las mejores experiencias que he vivido y he disfrutado han sido después que me entregué a esta carrera del tabaco».
En la finca de Alecnay un regaño es una enseñanza, se siente joven y puede aspirar a más, no teme arriesgarse pero nunca se queda con dudas, llama, escucha al que más sabe, a la empresa, a la estación, a los especialistas, a los vegueros de mayor experiencia, y por eso es vanguardia nacional por tres años consecutivos y guarda como un gran honor su foto junto al Presidente de la República.
«Yo digo que vivimos tiempos en que tenemos que estar a la altura del país, hacer lo que el país nos pida y en la rama que estamos, el tabaco, el país lo necesita para su economía».
Periodista : Pero hay muchas personas que están especulando y no produciendo como estás haciendo tú.
«Bueno, esa gente le hacen mucho daño al país, yo gano dinero, y soy feliz porque lo gano honradamente. Todo lo que yo tengo, la economía de mi familia, de mis padres, ha sido por el sacrificio con el tabaco, un cultivo que haciéndole todo lo que lleva con disciplina y cultura, te deja economía».
Yo digo que el tabaco es como la mujer «que lo quiere a usted, es la planta más agradecida, si una mujer te quiere, todo lo que le hagas o digas, hasta un regaño, para ella es un cariño. Y el tabaco es igual, todo el cariño que le entregas te lo recompensa».
Miércoles, 13 Marzo 2024 10:01
Muy bien por Alecnay, les deseo a Usted y a su familia muchos éxitos.