Uno de esos seres es Antonio Espinosa, jefe de la brigada de mecánicos de Equipos Ferroviarios, quien viene tejiendo su vida entre los engranajes desde hace casi 35 años.
«Todo comenzó gracias a un amigo que me habló de un curso aquí, en 1987... pero también estoy siguiendo los pasos de mi papá, que en paz descanse, que trabajó aquí durante mucho tiempo», lo dice y pareciera revivir el instante en que su vida cambió.
«Desde entonces, he estado aquí, aprendiendo y creciendo. Empecé conduciendo la grúa viajera y mírame aquí hoy, reparando».
«No puedo decir que todo ha sido perfecto, pero siempre busco soluciones. Las condiciones a veces son complicadas, pero eso no es algo que me frene».
Su capacidad para adaptarse y encontrar formas de seguir adelante lo convierte en un verdadero alquimista del taller, transformando obstáculos en oportunidades, sí o sí.
La familia es el núcleo de su existencia, el motor que lo impulsa. «Tengo a mi esposa y a mi hijo trabajando aquí conmigo», dice, mientras su sonrisa ilumina el ambiente.
«Cuando comencé en el ferrocarril, los trabajadores recibimos la tarea de apoyar la zafra cortando caña. Allí conocí a mi esposa y ahora estamos juntos en el taller».
«Para mí, es un gran orgullo que mi familia esté aquí, porque podemos apoyarnos mutuamente en cualquier problema».
Esta conexión familiar convierte el taller en un refugio, un lugar donde el amor y la colaboración son la norma.
«Es como una segunda casa para mí», reflexiona.
«Cualquier problema que tengamos, lo podemos resolver juntos».
Cuando se le pregunta sobre sus planes a futuro, su respuesta es clara y decidida: «Tengo 60 años en las costillas pero seguiré trabajando aquí hasta que Dios me diga que es suficiente. No quiero dejar de hacer lo que amo. Este lugar es parte de mí y, además, me recuerda mucho a mi papá».
Finalmente, comparte un consejo para las nuevas generaciones que están comenzando en el mundo del transporte y la mecánica.
«A los jóvenes les diría que escuchen a los más experimentados. Aprender de ellos es fundamental para crecer en este campo. La juventud tiene un futuro brillante por delante, y es importante aprovecharlo».