Se ha establecido un estricto control diario que incluye pesquisas médicas, limpieza constante de los espacios y acciones educativas dirigidas tanto a los niños como a sus familias.
Según explicó Milagros Rodríguez López, logopeda del centro, «existe un registro de pesquisaje matutino donde se controla el estado de salud de los niños y trabajadores. Además, en cada aula se dispone de pomos con agua clorada para el lavado de manos y la desinfección de mesas, buró, pizarras, puertas y ventanas».
Estas labores se realizan de manera sistemática, como parte de un esfuerzo integral que involucra a toda la comunidad educativa. Paralelamente, se desarrollan espacios de educación familiar donde se orienta a los padres sobre las medidas preventivas que deben adoptar en el hogar para evitar la propagación del mosquito Aedes aegypti.
