Succionador mínimamente invasivo paradepresiones craneales o fraceturas en neonatos y lactantes gana Premio al mayor impacto económico y social en Cuba.
Por segunda ocasión el Buró Nacional de la Asociación de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) distingue al neurocirujano villaclareño Dr. Ángel Camacho Gómez con el Premio al mayor impacto económico y social en Cuba.
Esta vez, por el succionador mínimamente invasivo aplicado a depresiones craneales o fracturas en neonatos y lactantes a las pocas horas de nacidos, episodios que si bien no resultan mayoritarios tampoco dejan de ser infrecuentes.
La inventiva permite situar la irregularidad en posición normal, sin necesidad de recurrir a un proceder quirúrgico. Incluso puede que en algunos casos el infante regrese a casa el propio día, luego de un proceder que, por precauciones, el experto realiza en el hospital ginecobstétrico Mariana Grajales o, en determinados casos, se traslada a otras provincias.

El dispositivo es puramente artesanal, elaborado por las propias manos del galeno y realiza el acto en apenas un minuto, cuando por métodos convencionales demoraría de dos a tres horas.
Además, reduce considerablemente los costos hospitalarios y la prolongada estancia en una sala de neonatología o de terapia intensiva, lo que permite un ahorro de divisas al país al valorarse su impacto económico.
Una de las principales ventajas recae en el tiempo de duración del proceder, de apenas un minuto, mientras que una cirugía convencional demanda de dos o tres horas, sin excluir las complicaciones que pudieran presentarse.
Existen muestras similares en el extranjero, pero en Cuba resultan muy escasas, y la inventiva con sello villaclareño se ha aplicado en la región central cubana y fuera del país.
En evento anterior el Dr. Ángel Camacho obtuvo el Premio Nacional al mayor impacto económico y social a partir del craneómetro, un equipo innovado aplicable en la totalidad de las cirugías que demandan la apertura de la bóveda craneana, ya sean traumáticas, tumorales, ocasionadas por malformaciones, o cualquier afectación neuroquirúrgica a partir del abordaje intracraneal.
Con algo más de tres décadas dedicadas a la neurocirugía en el hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, en Villa Clara, no renuncia a su quehacer innovador, pues según ha dicho: «Siempre he querido que lo que no tengo en las manos poder resolverlo, muchas veces por esfuerzo propio, otras con el apoyo de amigos y compañeros para satisfacer una demanda reclamada por la vida».