CMHW
Fotos del autor

Para que se viva mejor en las montañas 

Jesús Álvarez López

Lunes, 03 Junio 2024 08:36

Yo vi nacer el denominado Plan Turquino, que tomó el 2 de junio de 1987 como fecha fundacional, una idea de Fidel para atender integralmente la montaña y detener la migración de su gente.

Treinta y siete años después sus objetivos no han cambiado, la situación económica no ha permitido avanzar a la velocidad de los primeros años cuando las montañas se nublaron de consultorios médicos, floreció el arte y el deporte, y se fortaleció la base económica con el record de café en la cosecha 91- 92.

Hoy resulta necesario lograr un salto en la siembra y producción de café, soporte principal para mejorar la calidad de vida de los montañeses. Villa Clara fue la única provincia cumplidora del plan pero no hay motivos para vanagloriarse porque está lejos de las potencialidades y de lo alcanzado en sus mejores años.

A nuestra estación experimental de café, Vanguardia Nacional, toca un rol imprescindible en la aplicación de la ciencia y la técnica para tecnificar nuestros cafetales y mejorar los rendimientos.

La incorporación de tecnologías novedosas, el mejoramiento de variedades, sembrar más, atender mejor las plantaciones y superar las deficiencias en la contratación, cosecha y acopio, así como mejorar la atención integral a los productores, constituye la prioridad permanente para avanzar a un ritmo superior.

La eterna insatisfacción fue lo que llevó al mercado de Jibacoa a convertirse en símbolo por muchos años de lo que puede lograrse a partir del programa de autoabastecimiento municipal, con arrias de mulo acarreando cada racimo de plátano, quintal de malanga o de frutas incluso exóticas de los parajes más intrincados.

Pero en nuestras montañas hay que seguir fomentando la cría de cerdos, gallinas, guanajos, chivos, carneros y hasta de especies acuícolas para el autoconsumo de sus habitantes.  Y entre todos los animales, privilegiar el imprescindible mulo.  

En fin, lo que sí está claro para todos es que solo es posible revertir la tendencia a la migración de esa región estratégica con más producción, y en consecuencia, mejor alimentación, transporte, educación, salud, que cada día el montañés viva mejor que los que habitamos en las ciudades. Todo eso hace inexpugnables nuestras montañas.