Escuchar a Juanito, un sabio y especialista de Recursos Hidráulicos en Villa Clara, fue una lección para despertar inversiones que se duermen.
Demostró que es posible tomar decisiones en la válvula de la presa "Alacranes", y no esperar por otras entelequias que no van a permitir la siembra de arroz en el polo de Piñón o en otras áreas cultivables del cereal en la provincia, es lo que fluye, lo concreto, para que se abran los canales de la modorra del pensamiento, lo que hace falta para sembrar el alimento.

Juanito, que sabe muy bien lo caro que aún está el demandado grano en la casa de Liborio, y cuántos Juanitos han de estar para indicar las mejores soluciones, las más viables, las más prácticas, porque hay que estremecer, sacudir, salir de los letargos demasiado aletargados, para que inversiones, inteligencia y deseos de hacer se reviertan en beneficio para que haya más comida y que la libra de arroz sea lo más asequible que se pueda al menguado bolsillo de la población más desfavorecida.