En Quemado de Güines, el trabajo comunitario se consolida como un motor de transformación social que impulsa la voluntad de sus pobladores en pos del bienestar colectivo.
Rosario Larrosa Llerena, profesora del Instituto Politécnico "José Taurino Galindo Perdigón" y delegada de una de las circunscripciones de la cabecera municipal, es una firme defensora de la labor comunitaria, a la que describe como una tarea ennoblecedora. Rosario compartió con nuestra emisora detalles sobre el origen de su iniciativa, centrada en los más vulnerables, y cómo la desarrollan en el día a día:
«Lideramos el proyecto "Juntos podemos sembrar esperanza", en colaboración con estudiantes, usufructuarios y el huerto municipal de Quemado de Güines, dirigido a familias de bajos ingresos. Creamos este proyecto con el objetivo de tocar la puerta de esas familias, pero también de inculcar valores de empatía y solidaridad con el adulto mayor en nuestros estudiantes. Todas las semanas, desde el 15 de marzo, llevamos una cuota de amor, cariño y solidaridad, además de la entrega de alimentos donados por la Mipyme "Los Pozos" de nuestro territorio, todos los usufructuarios del polo productivo, un proyecto de desarrollo local de Riquelme –que nos entrega huevos–, y usufructuarios ganaderos que nos proveen leche. Todo esto lo llevamos semanalmente a esas familias de cada circunscripción.»
En un contexto de preparación para el 26 de julio, Rosario Larrosa también compartió las proyecciones futuras de su iniciativa comunitaria:
«Las proyecciones para el 26 de julio son continuar acompañando al pueblo, a los más necesitados, porque esta es la forma en que hoy hacemos Revolución. Esta es nuestra Revolución.»
En Quemado de Güines, el humanismo impulsa un floreciente trabajo comunitario, protagonizado por ciudadanos comprometidos que asumen esta noble labor con responsabilidad y dedicación.