Cuando se le pregunta a internet por el significado de la palabra enoteca dice: Lugar donde se guarda una colección de vinos. Y al consultarle ¿Cuál es la diferencia entre una enoteca y un bar de vinos?, afirma: Enoteca se puede traducir como "vinoteca", pero tanto en Italia como en Estados Unidos, la palabra se usa más para describir una tienda de vinos o un bar de vinos que para describir una bodega privada.
Usted decida cómo llamar a este emprendimiento familiar, un nuevo local o negocio en la ciudad de Santa Clara: la Casa de Vinos Bajo la Ceiba; ubicada muy próxima al Parque El Carmen, en la esquina de Máximo Gómez y Evangelista Yanes.
Sus dueños son los integrantes del matrimonio conformado por Magdiel Omar Pérez Morfa, conocido sommelier, quien ha trabajado durante años en la gastronomía local y la doctora en ciencias Esther Lidia Machado Chaviano. Conozca parte de su amplio diálogo con la emisora.
Magdiel: «En efecto, abrimos después de un año y medio de reparación del espacio. Está dividido en tres partes diferentes: el primer piso para la venta, lo cual ya estábamos haciendo desde mucho tiempo atrás en nuestro Hostal; el segundo piso para la degustación por copas, con tablas de charcutería, además; y el área de fumadores en el tercer piso, donde tenemos un bar».
Esther Lidia: «Aunque somos Casa del Vino, queremos respetar el concepto y hacernos ver como enoteca; porque además del principio comercial de realizar la venta y la degustación a los amantes del vino, también queremos enseñar, educar, para que las personas no sientan el vino como algo ajeno, porque sencillamente no han tenido la oportunidad de probarlo; o no han tenido la posibilidad de que alguien los prepare y entrene. Y eso es parte de las acciones que vamos a estar haciendo aquí desde la Casa. Hablo de capacitaciones, catas comentadas por invitación, que serán gratuitas, entrenamientos y explicaciones sobre el mundo del vino, para así sumar amantes de esta bebida».
En nuestro diálogo con este matrimonio santaclareño evocamos aquella Casa del Vino que otrora existió en la ciudad, ubicada en lo que luego fue El Rápido, en la calle Lorda, a un costado del teatro La Caridad, muy cerca del Parque Vidal. Allí existe ahora un bodegón. Casa del vino muy recordada por los santaclareños que evocan también los quesos que ahí vendían y porque expendía los vinos a precios muy asequibles.
Al respecto, Esther Lidia Machado comienza recordando los cambios que han existido en la economía cubana, pero valora como favorable que exista esa añoranza por el consumo de tales productos.
Esther Lidia: «Es verdad; ahora bien, los vinos que tenemos aquí no son aquellos vinos que se degustaban en aquel lugar. Aquí prima sobre todo la calidad. Toda la economía se ha transformado, y los precios de aquel momento no van a ser los de ahora».
«Eran los años ochenta y hablamos de una generación que tiene más de 40, 50 años. Esos que están añorando tienen algún conocimiento avanzado o medio del vino; pero una de las cosas que queremos hacer ahora es captar a los jóvenes; a esa generación que no vivió aquella Casa del Vino y que sienten algún tipo de inclinación por este conocimiento, porque es fascinante el mundo del vino. Entonces, que vengan aquí, pues nosotros los podemos enseñar».
Y apunta nuestra entrevistada: «De hecho, queremos mantener un principio: el vino no se bebe, se vive»
Dijo además que «entender la raíz de cada botella es lo que te hace respetarlo y quererlo, y no es el mero hecho de tomar una bebida alcohólica, sino es ver todo lo que tiene detrás una botella de vino».
Magdiel Pérez Morfa nos explicó que quien acuda a la nueva enoteca santaclareña no necesita saber de vinos para tener allí una buena experiencia o llevarse una buena botella. «Nosotros lo guiamos, los orientamos a partir de sus gustos, de sus preferencias, y les vamos enseñando cómo ir determinando qué les gusta del vino, y cuál vino es el que realmente prefieren. Siempre que se dejen guiar. Hasta ahora hemos tenido muchos clientes que han llegado diciéndonos que no les gusta y al cabo de un tiempo son amantes del vino».
Esther Lidia: «Una de las tareas que nos hemos propuesto además es servir de apoyo a la escuela conocida como “Formatur” para la práctica de sus estudiantes o el aprendizaje; asimismo le queremos hacer una propuesta similar a la Universidad Central y su carrera de Licenciatura en Turismo».
En la conversación que sostuvimos con estos emprendedores afloró una verdad: El vino es una tradición. En esta Casa de Vinos hay más de noventa tipos de botellas de esa bebida, que debe ser un poco difícil encontrarlas en otra parte de Santa Clara. También dialogamos sobre la coctelería a partir de vinos.
Magdiel: Otra cosa que queremos hacer es demostrar que el mundo del vino también tiene cócteles; incluso tenemos una pequeña gama de cócteles embotellados, hablo de cocteles que han existido toda la vida, pero que ahora vienen embotellados, y son además exquisitos para degustar.
Por último, pedimos a Esther Lidia su invitación a lectores y oyentes: «Que se acerquen y nos visiten; no importa que no vengan a comprar. Aunque solo quieran saber, preguntar, ver, porque hemos tratado de hacer un diseño de decoración del espacio sugerente y atractivo. Que no les dé pena, porque no saben nada de vinos. Si quieren conocer un lugar agradable, pues entonces que no se limiten, los invitamos».
Precios y otros detalles disponibles en: https://elyerromenu.com/b/tienda-bajo-la-ceiba/seller/bazar-ym
