Ante el déficit de transformadores a nivel de país y la necesidad de garantizar el servicio eléctrico a clientes residenciales y estatales afectados por la rotura de estos equipos, la Unidad Empresarial de Base (UEB) Fábrica de Fusibles y Desconectivos de Villa Clara comenzó el rescate de estos dispositivos procedentes de las provincias centrales, para dar respuesta a uno de los problemas más apremiantes de la Unión Eléctrica, su principal cliente.
«Para dar este paso, reanimamos la industria situada a pocos metros del Instituto Politécnico Industrial Lázaro Cárdenas del Río, de Santa Clara, a la espera del arribo de los primeros equipos de apoyo procedentes del Taller de Transformadores de Manzanillo. El 28 de mayo, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez inauguró oficialmente la nueva línea de producción», expresó su director, Juan Carlos Valdés Recio.
«A esta producción incorporamos la máquina Micafil, encargada de purificar el aceite de los transformadores afectados, eliminar la humedad, gases y otros contaminantes, para reutilizarlo mezclado con aceite virgen de producción nacional.

«Al concluir el proceso, después de situar todos los componentes en el interior del transformador, vertemos el aceite. Tras un día en reposo, el equipo pasa al Laboratorio de Calibración para su certificación. Su rescate, a bajo costo, sustituye importaciones y alarga la vida útil de estos equipos».
Fusibles y Desconectivos, de nuevo a la carga
Oneido Miranda Dubernal, director técnico de la UEB Fusibles y Desconectivos, siente satisfacción por las transformaciones que experimenta la industria, fundada hace 25 años para ensamblar seccionadores monopolares y tripolares, cortacircuitos de expulsión, luminarias y gabinetes integrales.

Recuerda la época en que, tras el paso de ciclones, ofrecían ayuda inmediata a las provincias afectadas. Sin embargo, al escasear las materias primas, decayeron las producciones.
«Ahora, ante la urgencia de recuperar los transformadores, incorporamos dos líneas de trabajo: una de desarme y otra de recuperación».
Freddy García González, jefe de Producción de la UEB, también se refiere con pesar a la decadencia de la fábrica, que llegó a ser de referencia nacional.

«Ante ese contexto, incorporamos producciones alternativas asociadas a la reconversión de seccionadores tripolares en monopolares, la producción de tomacorrientes y la recuperación de contadores quemados del sector residencial con un nivel mínimo piezas, lo que ha traído ahorros sustanciales al país».
Sobre el éxodo de los trabajadores en aquel momento, manifestó que la disminución de los niveles productivos conllevó interrupciones laborales, así como la reubicación de los obreros en otras tareas.
«Perdimos personal especializado, pero nunca nos rendimos. Visitamos a los que se habían ido y logramos que algunos retornaran. Todavía los niveles productivos no son altos, pero tener activada la nueva línea de producción con jóvenes comprometidos es un paso de avance».
Donde juventud y experiencia se dan la mano
En menos de un mes, Fusibles y Desconectivos procedió a la instalación del equipamiento necesario para iniciar el rescate de los transformadores.
A estos empeños se suma el accionar de los aniristas, enfrascados en la fabricación de otra máquina enrolladora, para incrementar el número de transformadores reparados.
El obrero Raúl Benavides Gutiérrez resulta una de las nuevas adquisiciones de la UEB.

«Antes, trabajaba en la UBPC 10 de Octubre, de San Antonio, situada en la Carretera a Camajuaní. Fue mi hermano quien me comentó sobre la existencia de una plaza en los tornos automáticos. Al crearse esta línea me convertí en enrollador. Con alambre virgen enrollo unos cinco transformadores diarios, y con el recuperado, entre tres y cuatro».
También, el ingeniero eléctrico Yasnier Rodríguez Corredera, graduado en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, encontró aquí un oficio afín a su profesión.
Integran la brigada de ensamblaje jóvenes con muchos deseos de hacer, en su mayoría, de la enseñanza politécnica, quienes contribuyen a aliviar tensiones en la población ante la rotura de estos equipos.
En Fusibles y Desconectivos la jornada laboral comienza a las 7: 00 a. m. y concluye a las 4:00 p. m.; sin embargo, ante las urgencias del momento, trabajan también los fines de semana.

Los transformadores dañados pasan por diferentes comprobaciones que permiten determinar si cumplen o no los requisitos técnicos necesarios para su rescate.
Otra de las fortalezas de la fábrica es el Laboratorio de Ensayos Eléctricos. Dotado de tecnología de punta, tiene todas las condiciones para realizar las pruebas que exige la norma internacional para transformadores, fusibles y seccionadores.
«Les hacemos una radiografía completa a los transformadores para diagnosticar su estado técnico. También nos corresponde realizar los ensayos técnicos a las pértigas, mantas, guantes y otros medios de protección de los trabajadores eléctricos, además de prestar servicios a terceros —mipymes y entidades estatales— para comprobar el adecuado funcionamiento de sus equipos», explicó el ingeniero eléctrico Frank Luis Machado.
Del patio al taller
En las áreas exteriores de la UEB aguardan por la revisión técnica transformadores en mal estado de las provincias centrales.

Para proceder a su desarme, habilitaron una nave techada con la intención de dotarla de mejores condiciones. Aquí son jóvenes los encargados de abrir los transformadores, extraer la bobina y el aceite, y recuperar el alambre.
Al concluir el proceso, la UEB informa a la Unión Eléctrica sobre el número de transformadores que están listos para su puesta en marcha, y esta se encarga de su distribución.
Hasta la fecha han entregado unos 100 transformadores de 37.5 y 50 kVA. Los no aptos tienen como destino la Empresa de Recuperación de Materias Primas, y se convierten en otra fuente de ingresos.
Valdés Recio enfatizó que aquí lo más importante es el hombre y su atención permanente; el pago por resultados y la distribución de utilidades incide favorablemente en su estado de ánimo y la productividad.
«La fábrica estaba descuidada y la pintamos entre todos. También recuperamos las áreas verdes y el comedor, y procedimos a la siembra de un área para el autoconsumo, que contribuye a mejorar la alimentación de los obreros. Continuamos la captación de jóvenes, pues ellos constituyen el relevo de los más experimentados, para cumplir con el nuevo encargo que se nos ha asignado».