Sobre el líder histórico de la Revolución, les proponemos conocer el testimonio de la Doctora Francisca López Civera, profesora de la Universidad de La Habana, Premio Nacional de Historia y de Ciencias Sociales, quien nos relató:
«Por azares de la vida, allá por abril del año 1961 -nunca he podido precisar si fue el siete o el ocho de abril- yo era una muchachita y voy con mis padres a una excursión a la Ciénaga de Zapata, y cuando pasamos por Playa Girón, allí no había pasado nada todavía. Alguien vio a Fidel allí. La guagua pasó, paró y bajamos. Yo corrí y me paré al lado de Fidel, primera vez en mi vida.
«Y sí él hablaba, yo nunca he podido recordar de qué, pero lo que no se me ha olvidado es cuando él extiende su mano derecha con el índice apuntando a la costa y dijo: "Ese es un buen lugar para un desembarco"...
«Días después fue Girón; y nosotros -mi papá, mi mamá, y yo nos acordamos: Fidel lo dijo. Porque tenía esa capacidad de ir, de ver en la práctica, palpar en la realidad, buscar; él estaba viendo los posibles lugares...
«Después, cuando yo estudiaba en la Universidad (de La Habana), Fidel iba frecuentemente; uno no sabía cuándo. De pronto se aparecía en la plaza Cadenas a conversar, no era un acto, era a conversar; él decía ideas y escuchaba; nos decía y de esas conversaciones nació por ejemplo Ediciones R.
«En el año 2008 a mí me otorgaron el Premio Nacional de Historia, de manera un poco digamos, no sé, excepcional. Se dio colectivamente y yo lo recibí junto con Jorge Ibarra, Rolando Rodríguez, Pedro Álvarez Tabio y Fidel Castro.
«Se le otorgó a Fidel Castro, y yo tuve que hablar a nombre de los de los premiados. Fue muy especial».
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FIDEL Y SU LEGADO
«Fidel era un analista de la historia, porque la historia lo nutría a él también. En el encuentro que tuvo con la Unión de Historiadores de Cuba, un taller que se hizo en octubre del 2000 nos habló precisamente valor de la historia y la importancia de la Unión de Historiadores; porque él dijo «ustedes son los únicos que pueden unirlos a todos y representarlos a todos»; es decir, que también nos dejó un compromiso.
«Todavía antes de su fallecimiento lo vi, cuando ya él no tenía ningún cargo; lo vi en donde era el Centro de ozono. Yo estaba allí porque tenía como un tratamiento; y Fidel llegó. Se puso a preguntarle, a hablar con los médicos sobre el resultado de los tratamientos del ozono. Es decir que fue una gente que siempre estaba creando, pero creando a partir de ese contacto con la realidad y tenía una capacidad de previsión extraordinaria, sin dudas.
Como algunos dijeron miraba el futuro, regresaba y nos lo contaba.
«Entonces creo que son herencias que nos deja y que tenemos que saber aplicar».
En su diálogo con nuestra emisora la también profesora de mérito de la Universidad de La Habana comentó: «No podemos olvidar su discurso en la Universidad de La Habana, en el 2005, cuando él dijo que la revolución se podía perder; no por los de afuera sino por nosotros, nosotros mismos seríamos los responsables.
«Nos hizo una alerta y por tanto creo que tenemos que estar siempre estudiando a Fidel, su pensamiento, su manera de dirigir, de actuar, pero justamente las alertas que nos hizo, las previsiones que hizo para mantener esta Revolución».
Fidel y su legado (I) : Diálogo con el Doctor en Ciencias Eduardo Torres Cuevas, presidente de la Academia de la Historia de Cuba, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí.
