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Ciudad bajo palabra: los perros callejeros

Ciudad bajo palabra: los perros callejeros (+Pódcast)

Mauricio Escuela Orozco

Jueves, 21 Agosto 2025 16:56

Santa Clara despierta al ritmo de la vida cotidiana, y antes que la ciudad se ponga en marcha, ellos ya están allí, los guajiros de cuatro patas, los perros callejeros que forman parte del paisaje, de la estampa costumbrista de la capital de Villa Clara.

En el Parque Vidal, bajo la atenta mirada de Marta Abreu, un perro mestizo, de pelaje color canela, se estira perezosamente. A su lado, un cachorro juguetón intenta mordisquear su cola, mientras una paloma despreocupada picotea migajas de pan en el suelo. La escena se repite a diario, una pequeña muestra de la vida callejera, que transcurre paralela al bullicio de la ciudad.

En el Parque El Carmen, una perra de avanzada edad, con el pelo encanecido y las cicatrices de mil batallas, busca refugio a la sombra de un banco. Los niños curiosos se acercan con cuidado, ofreciéndole trozos de galleta. Ella, con la sabiduría que dan los años, acepta el gesto amable con un movimiento lento de la cola.

En la calle Independencia, entre las tiendas de artesanía y los restaurantes con aroma a comida criolla, un perro de tamaño mediano, con el pelaje revuelto y una mirada astuta, espera pacientemente frente a la carnicería. Conoce bien los horarios y los gestos de los dependientes y sabe que, con un poco de paciencia, recibirá algún hueso o trozo de carne para saciar su hambre. Por la noche, cuando la ciudad se ilumina con luces de colores y la música invade las calles, los perros callejeros se agrupan en pequeños círculos, buscando calor y compañía.

Se acurrucan en portales, bajo los balcones coloniales o cerca de los parques donde el ambiente es más tranquilo y seguro. Escuchan el sonido de las guitarras y las canciones que hablan de amor y desamor y parecen entender, a su manera, los sentimientos que embargan a los santaclareños. Estos perros callejeros, a pesar de su vida difícil, son parte integral del alma de Santa Clara.

Forman parte del paisaje urbano, de las tradiciones y costumbres de la ciudad. Son los guajiros de cuatro patas, los compañeros silenciosos, los testigos de la historia, los que le dan un toque especial a la estampa costumbrista de la ciudad de Marta Abreu. Su presencia, a veces, es inadvertida.

Es un recordatorio constante de la sencillez, la humildad y la perseverancia de los valores que definen al pueblo santaclareño.