Las autoridades rusas informaron este jueves que un avión Antonov An-24 con casi 50 personas a bordo se estrelló en la provincia rusa de Amur, en la zona del Lejano Oriente del país.
El Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso señaló que el avión An-24 se precipitó a unos 15 kilómetros del distrito ruso de Tinda
Desde el ente de emergencia precisaron que la tripulación de un helicóptero Mi-8 de la agencia nacional del transporte aéreo avistó «el fuselaje en llamas» y que «los rescatistas siguen avanzando hacia la escena del accidente».
Según los datos preliminares, 43 pasajeros, entre los que había cinco menores y seis tripulantes, se encontraban a bordo de la aeronave al momento del siniestro.
El gobernador de la provincia de Amur, Vasili Orlov, precisó que en el An-24, había desaparecido de los radares cuando cubría la ruta Blagovéschensk-Tynda.
Por su parte, un portavoz del centro regional de defensa civil y seguridad contra incendios afirmó que los equipos de rescate empiezan a trasladarse al distrito de Tinda, para ver la situación sobre el terreno. «Según datos preliminares, no hay sobrevivientes» añadió.
El presidente Putin expresa condolencias por la tragedia aérea en Rusia

El presidente ruso, Vladímir Putin, expresó este mismo jueves su profundo pesar por el accidente y envió condolencias a las familias y allegados de las víctimas. Durante una reunión sobre el desarrollo de la flota submarina de la Armada, Putin declaró un minuto de silencio en honor a los fallecidos. Además, se ha abierto una investigación penal para esclarecer las causas del siniestro, que podrían estar relacionadas con un posible error humano durante el aterrizaje en condiciones de visibilidad reducida.
Las autoridades rusas han movilizado a 149 especialistas y 21 unidades de emergencia para las labores de rescate, que se han visto dificultadas por el terreno montañoso de la zona. El fuselaje del avión fue localizado en llamas por un helicóptero de rescate, confirmando que no hubo sobrevivientes. El gobernador de la provincia de Amur, Vasili Orlov, comunicó que en el An-24 se encontraban 49 personas: 43 pasajeros, entre ellos cinco niños, y seis miembros de la tripulación.
Este trágico suceso ha reavivado el debate sobre la seguridad aérea en Rusia y la viabilidad de operar aeronaves de diseño soviético en la actualidad. El Antonov An-24, aunque confiable en su época, ha sido objeto de críticas por su antigüedad y la falta de modernización en algunos casos. Las autoridades rusas han asegurado que se evaluarán las condiciones operativas de la aeronave y se tomarán medidas para evitar futuros incidentes.