Nuestro Héroe Nacional, José Martí, lo consideró su padre literario, al expresar que “Heredia tiene un solo semejante en literatura, que es Bolívar (…) El primer poeta de América es Heredia. Solo él ha puesto en sus versos la sublimidad, pompa y fuego de su naturaleza. Él es volcánico como sus entrañas y sereno como sus alturas”.
El eminente filósofo y pedagogo cubano Enrique José Varona refirió en una oportunidad, «yo puedo afirmar que no fui yo solo; fueron todos los cubanos de mi generación los que aprendieron a sentir a Cuba, a ver sus notas peculiares, típicas en la obra de Heredia»."
Es famosa su Oda Al Niágara que le otorgó notoriedad mundial, y en ella se advierte al bardo encantado por el paisaje y nostálgico por las palmas, símbolos de la patria amada y distante; el dolor provocado por el destierro y la intensidad de su amor por Cuba los volcó en su Himno del Desterrado.
A los 184 años de su desaparición física podemos afirmar que la obra de Heredia, asentada sobre la base de lo cubano, continúa empinada tal alta como las palmas.