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Historia de las parrandas de Calabazar de Sagua
Estandartes de los barrios parranderos Chivos y Sapos, en Calabazar de Sagua.

Historia de las parrandas de Calabazar de Sagua

Alberto González Rivero

Domingo, 30 Noviembre 2025 17:28

Crónica del libro "En Brazos de un vals", Editorial Laila, Argentina, 2025, que reseña las ocurrencias del alcalde Don Pepe Alvera, asturiano que se relacionaba con los parranderos de Calabazar de Sagua en las tradicionales fiestas españolas del siglo pasado en ese poblado encrucijadense.

Carlos Lazcano era un clásico de las fiestas parranderas en Calabazar de Sagua y aún las personas lo recuerdan en los preparativos de la tradición en una de las casas de madera que no han cambiado su arquitectura original. A su memoria, la Banda Municipal de Conciertos improvisaba un breve changüí entre los peñistas y los que se iban sumando a la conga. En el inconfundible repiqueteo, Neguito soltaba las vaquetas, las ponía encima de la batería y bajaba de la glorieta del parque para bailar en nombre del barrio "Los Sapos" y disertar sobre las parrandas.

Las primeras fiestas parranderas que se celebraron en Calabazar de Sagua se remontan a los tiempos de la colonia, a mediados del siglo diecinueve, y se denominaba el día de San José en honor al cumpleaños del santo alcalde español Don Pepe Alvera.

Historia de las parrandas de Calabazar de Sagua

En ese entonces los barrios que participaban en las fiestas eran bautizados como Cantón y la Loma. Y hoy siguen arrollando en nombre de Sapos y Chivos.

Existía entonces una colonia donde se asentaba un centenar de chinos, dedicados fundamentalmente al comercio en la calle Avilés. Los asiáticos solían halagar al alcalde con una ofrenda de dulces finos para festejar su onomástico.

Don Pepe los retribuía en medio del jolgorio: «Este año los chinos de Cantón le ganaron a los congos de la Loma».

También, en el antiguo paradero en que se enlazaba por vía férrea Calabazar y el central "Resulta", en Sagua la Grande, se había establecido un caserío de negros congos.

Y cuando Javier Hernández venía tocando el tambor, vestido elegantemente, con un frac largo y un bombín, el homenajeado alcalde Alvera le obsequiaba vino y exclamaba: «Este año los congos de la Loma le ganaron a los chinos de Cantón».

Historia de las parrandas de Calabazar de Sagua
Portada del libro En brazos de un vals.

«Perdone usted Don Pepe que lo venga a despertar, hoy es día de San José, hoy es día de San José, lo venimos a despertar», cantaban los calabaceños cuando las campanadas tañían a las doce de la madrugada del dos de mayo, conmemoración de la fiesta española.

Era un espectáculo escudriñar a los comerciantes chinos cuando salían a la fiesta con sus palanquines, cargaban damas ataviadas con los trajes tradicionales y encendían bengalas, aunque nadie pudo descifrar la imparcialidad del alcalde Don Pepe Alvera cuando le tocaba determinar al bando ganador en la lid. A Pepe se debe también el bautizo de la otrora bulliciosa calle Avilés, pues él había nacido en ese concejo asturiano.

«Un 28 de diciembre, día de un invierno crudo, tembló el asno, el cordero y el toro más cornudo, con doce esclavos desnudos que yo lo vi, Cantón salió desde aquí hacia el barrio de la loma con un caballo con alas».