Dijo a la radio que se procedió con mucha profesionalidad para el desmonte del cielo raso para su traslado a capital cubana, con el propósito de ser restaurado por los especialistas de la Oficina del Historiador de La Habana.
«A veces uno se pregunta cómo tan pocas personas pueden hacer tanto por una institución que es el corazón de la Cultura en esta provincia; es un edificio emblemático que respira junto a Santa Clara. Hay labores por hacer en los interiores, servicios que van a cambiar. Vamos a tratar de hacer bien las cosas para que en un plazo de tiempo relativamente breve no vuelva a caer en una situación constructiva que no permita ofrecer sus espacios al público. Y de eso se están encargando las personas que laboran allí, que son de verdad fieles veladores de ese monumento», enfatizó.