La decisión de cambiarlo obedece también al mayor aprovechamiento de la luz solar en actividades cotidianas, dijo en sus precisiones a la Agencia Cubana de Noticias.
Eso significa, explicó, que en vez de tomar la hora oficial del meridiano 75º oeste de Greenwich (UTC -5), asumimos la del meridiano 60º (UTC -4), centro del huso horario que cruza virtualmente sobre el extremo oriental de Canadá, las Antillas Menores, Venezuela, el oeste de Brasil y Bolivia.
Precisó que la opción de adelantarla está asociada a causas naturales como la forma de la Tierra, la inclinación de su eje de rotación, la extensión de la órbita terrestre y su velocidad de traslación.
De acuerdo con Ramos Guadalupe, este domingo, el intervalo diurno en Cuba será de 11 horas y 55 minutos, extendiéndose cada día hasta llegar a 12 horas el próximo martes 19 de marzo, con el equinoccio de primavera boreal a las 11:06 p. m., hora de Cuba.
Este día serán prácticamente iguales los intervalos diurno y nocturno, señaló.
Recordó el hecho de que el primer adelanto de la hora en Cuba quedó establecido por el Decreto Presidencial 1185, con fecha 2 de junio de 1939.
Sin embargo, por razones de latitud y larga duración de su intervalo diurno, otros países centroamericanos como Aruba, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica y Panamá, no adoptan horario de verano.
En la perspectiva astronómica, prosiguió, el domingo 10 de marzo el Sol y la Luna estarán en la constelación de Acuario; y coincidentemente, a las 5:00 a. m. nuestro satélite natural llegará a la fase de luna nueva.
Pero ninguno de estos fenómenos celestes tiene implicaciones para la salud o para la vida cotidiana; advirtió.
Eso sí, propuso, desde este domingo tendremos que poner nuestro “reloj biológico” en armonía con el nuevo horario, sin preocuparnos por la hora que perdimos, pues el 3 de noviembre las esferas tornarán a marcar la hora.